Resumen del Realismo: ¿Existe el mundo externo?¿qué podemos conocer de él?

El realismo injustificado ha sido una teoría filosófica criticada a lo largo de la Historia de la filosofía; mi ensayo va dirigido a mostrar las distintas formas de Realismo separadas de este realismo injustificado o ingenuo que presentaré a continuación: 

  1. El Realismo injustificado o Ingenuo:

Es una teoría que—basandose en el sentido común— sostiene dos premisas primordiales: 

  1. La primera premisa dice que: «existe el mundo eterno y los objetos físicos, y además, que estos objetos son la causa de nuestras impresiones y sensaciones». Por tanto, este tipo de realismo defiende una Relación de causalidad entre los objetos del mundo externo y las sensaciones que tenemos de él, producidas por estos objetos. Esta premisa es común a todo realista, desde Parménides hasta Kant. 
  2. La segunda premisa, es la que será duramente criticada a lo largo de la historia de la filosofía (excepto por Locke), dice que: “las sensaciones son un conocimiento fidedigno y semejante a las cosas físicas del mundo externo”. Además, el realismo injustificado sostiene esta premisa sin crítica alguna. 
  1. Parménides:

Parménides dijo,

Cita a: “Lo que es es y lo que no es no es”.

Con esto apuntaba a que hay que hay dos caminos ontológicos: el del Ser y el del no-Ser o la Nada.

Ahora bien, suponiendo que el mundo estuviera conformado por átomos, en tal caso, si se diera movimiento, sería necesario que existiera el Vacío. Es decir, para que sea posible el movimiento (Ej. Que un pez se mueva en un estanque) es necesario que el Vacío sea, pues en caso contrario todo permanecería estático. Pero, como el vacío es no-ser, que el vacío sea es una contradicción. Pues quiere decir que el no-ser es. Así, el Ser debe ser necesariamente inmóvil.

Por tanto, el movimiento que los sujetos percibimos en nuestras sensaciones es un mero φαινόμενoν (fenómeno) una mera apariencia del sujeto, y en conclusión, necesariamente los sentidos han de engañarnos. Siendo así el movimiento una apariencia incognoscible que se nos presenta a los sentidos. Parménides de este modo tan simple criticará el Realismo injustificado, pues sostiene que hay Ser o cosas reales pero que nuestras sensaciones de ellas (en concreto del movimiento) no puede asemejarse a como es el Ser, sino que nuestras sensaciones del movimiento: Son φαινόμενoν o fenómenos del mundo en cuanto tal. 

  1. Platón: Sobre Platón analizaré dos etapas suyas: 
  1. En el Menón y la República Platón sostiene un Realismo de las Ideas. Parte de la Tesis parmenidea (antes presentada), según la cual, solo conocemos a través de los sentidos entes móviles, pero como nuestras sensaciones son de entes móviles (y Parménides había dicho que el movimiento es incognoscible por ser contradictorio) y por tanto, nuestras sensaciones no “Son” realmente, sino que son meramente aparentes. Solo tienen Ser las cosas inmóviles, inmutables y que no cambian. ¿Cuáles son estos entes?: En el Menón, Platón dirá que los géneros o categorías (ουσία) son los seres verdaderos; los cuales subsisten de manera natural con independencia del sujeto. Por tanto, las ideas, categorías o géneros son entidades existentes, que constituyen nuestro único objeto de conocimiento verdadero por ser inmóviles y por no cambiar (por no se contradictorios). En la República  (Cita b: Símil de la línea dividida: (Rep. 509d y 534a)) Platón dirá que estas ideas o géneros, que nombran lo común en una multiplicidad, existen en el mundo de las ideas (κόσμος ουρανός), las cuales poseen Ser efectivo. Entonces Platón introduce el Símil de la línea dividida: según esta metáfora los entes que son susceptibles de conocimiento solo son: 
      1. Los géneros o ideas matemáticas (a través de la Razón discursiva o διάνοια; 
      2. y las Formas o Ideas (ουσία, Είδος) los cuales se conocen a través de la dialéctica (νόησις). 
  • En el Menón, Platón, en boca de Sócrates dice, que estas “ideas o géneros” se conocen nombrando propiedades suficientes y necesarias que delimitan lo común en una multiplicidad de objetos. Y se llega a conocer el género al nombrar estas propiedades mediante la Dialéctica, la ciencia universal. Aunque siempre se puede fallar al nombrar las propiedades que conforman estas Ideas, hay un cierto Falibilismo. 
  1. En el Teeteto, Platón cambia su visión anterior y opta por una autocrítica, quizás la más fuerte crítica a Platón la encontramos en él mismo. En este diálogo de madurez, partirá de una Tesis de Protágoras:

Cita c: “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no son”.—Protágoras. (Teeteto, 152a 6-8).

  • Con esto quiere decir Platón que nuestras sensaciones (Ej. La sensación de frío) son meramente subjetivas.

Cita d: “SOC—¿Diremos, entonces, que el viento es frío o no?¿O creemos a Protágoras y diremos que es frío para el que siente frío y que no lo es para quien no lo siente?. TEET—Puede que sea así.”

  • Es decir, el frío está en quien siente frío, no en el mundo externo. Esto supone una crítica al realismo injustificado o ingenuo, pues según Platón, decir que el rojo está en el objeto real sería un salto injustificado. Lo único que podemos decir, es que ese objeto “es” rojo para mí.  Solo podemos tener acceso privilegiado en el conocimiento respecto de nuestros fenómenos o sensaciones. Pero no podemos saber por medio de la sensación cómo son las cosas en sí mismas, pues estaríamos dando un salto injustificado. Con lo cual, Platón sostiene un Realismo respecto al mundo real (pues acepta la existencia de objetos que afectan a nuestros sentidos), pero dice que solo podemos conocer este mediante cadenas de Razonamientos hipotético-deductivos, los cuales median en el conocimiento del mundo. Estos razonamientos hipotético-deductivos, pueden ser falsables, y, en este sentido, los razonamientos más fuertes constituyen la Verdad del mundo en sí mismo. Verdad constituida tras el acuerdo dialógico-racional.
  1. Aristóteles: 

En “De Anima”, Aristóteles dice:

Cita e: “Hechas ya estas precisiones, tratemos en general de toda sensación (Aisthesis). Pues bien, la sensación—como ya se dijo—tiene lugar cuando el sujeto es movido y padece una afección: parece tratarse, en efecto, de un cierto tipo de alteración”.

Así, sostiene el Estagirita que nuestras sensaciones son un movimiento (μεταβολη) del alma (ψυχή). Es decir, son una alteración del alma producida por los objetos exteriores. Con lo cual, sustenta también un Realismo respecto al mundo exterior. A continuación, diferencia entre sensaciones en acto y en potencia. 

Cita f: “habrá que distinguir igualmente en la palabra sensación dos acepciones, la una en potencia y la otra en acto”. (De Anima, Cap.V, Libro II, principio)

  1. Las sensaciones en acto: Las sensaciones en acto son el movimiento (μεταβολη) causado por el objeto externo sobre el alma, donde el sujeto ha captado la forma (μορφή) de la cosa, sin la materia (ὕλη).
  2. Las sensación en potencia, es la facultad o capacidad del sujeto (δύναμης) de captar la forma del objeto sin la materia (ὕλη), al entrar el sujeto en contacto con él objeto. Para ilustrar esto Aristóteles pone el ejemplo de la metáfora del TROZO DE CERA: 

Cita g: “En relación con todos los sentidos en general ha de entenderse que sentido es la facultad capaz de recibir las formas sensibles sin la materia al modo en que la cera recibe la marca del anillo sin el hierro ni el oro, y es que recibe la marca de oro o de bronce pero no en tanto que es oro o de bronce. A su vez y de manera similar, el sentido sufre también el influjo de cualquier realidad individual que tenga color, sabor o sonido, pero no en tanto que se trata de una realidad individual, sino en tanto que es de tal cualidad y en cuanto a su forma”. (De Anima, Cap. XII, Libro II). 

El sujeto recibe la forma del anillo, que sería la marca de este, sin la materia. El Trozo de cera, según Aristóteles, serían nuestros sentidos en esta metáfora. Con lo cual, sostiene un REALISMO CAUSAL. Donde se da una relación de causalidad entre los objetos que imprimen su forma (marca del anillo) e nuestros sentidos o sensación como capacidad (trozo de cera). El trozo de cera representa esa δύναμης o sensación en potencia. 

Sin embargo, Aristóteles más adelante rompe y refuta el realismo justificado, pero además de introducir un realismo causal, concibe el realismo como constructivista. Esto último sucede cuando introduce la distinción entre color en potencia y color en acto en el marco de “De Anima”. 

Aristóteles dice que solo “vemos” el color en acto cuando el objeto impacta con nosotros y solo en este momento existe el color en acto en el objeto. Por tanto, la distinción consiste en que: 

  1. El “color” en Potencia reside en el objeto como la capacidad de producir (δύναμης) en nosotros un “color” en acto, una sensación en acto. 
  2. La sensación en potencia, como facultad de captar la forma, pertenece al sujeto. 

Pero estas dos potencias por separado no producen aún la sensación, sino que hace falta que entren en contacto causal simultáneo. De esta manera, al entrar en contacto percibimos el color en acto a la vez que este color existe en acto en el objeto. Por tanto pasa de un mero Realismo causal a defender un Realismo constructivista. Ahora el “Sello” del anillo en la metáfora (El “color” en acto) solo existe en el momento en que el sujeto y lo sensible en potencia (el “color” en potencia) están en contacto simultáneo. 

Así Aristóteles escapa también del problema escéptico sobre si podemos conocer el mundo exterior en sí mismo, ya que el color en acto no se da en la cosa hasta que no entra el sujeto en contacto con ella; mientras que las cosas solo poseen en sí mismas color en potencia. De esta manera Aristóteles huye del problema escéptico, sobre la posibilidad de conocer el mundo a través de nuestros sentidos. 

  1. Sexto Empírico: 

Cita h: “Entendemos fenómeno por lo sensible; por lo cual definimos lo teórico (noúmeno) por oposición a ellos”. (Sección IV, Esbozos Pirrónicos).

Sexto Empírico hace una distinción entre fenómeno y noúmeno. El fenómeno (φαινόμενoν) para S. Empírico consiste en: 

  1. Los deseos naturales del hombre. 
  2. Las costumbres y tradiciones de un lugar; 
  3. y aquello que se manifiesta ante nuestros sentidos. 

Este último sentido de φαινόμενoν es el que interesa en este momento, el cual consiste en “lo manifestado” ante los sentidos del hombre. En cambio, el noúmeno es aquello Teórico que habla del mundo en sí mismo, son aquellos juicios y opiniones de lo “no manifiesto”.

Entonces, S. Empírico dirá que tras el φαινόμενoν subyace una sustancia que lo causa el ὑποκείμενον (Hypokeimenon) o el mundo exterior. Por tanto, es un Realista, ya que sostiene una relación de causalidad entre el mundo exterior (ὑποκείμενον) y nuestros fenómenos (φαινόμενoν), presentados al sujeto en forma de imágenes sensibles (φαντασμάτων: Phantasmatas). 

Sin embargo, S. Empírico sostiene que el mundo exterior, aunque existe realmente, es incognoscible y por ello debemos suspender nuestro juicio sobre él. ¿Por qué sostiene que el ὑποκείμενον es incognoscible?: Sostiene esto porque dice que todo enunciado o juicio del mundo en sí está mediado o relacionado (Πρóς τi).

Cita i: “El de “a partir de algo (Prós tí)” es—según hemos dicho—el objeto aparece de tal o cual forma, según que se juzga y según lo que acompaña a la observación”, y nosotros mantenemos en suspenso el cómo es por naturaleza”. (Pág. 103, Esbozos pirrónicos).

De este modo, resume todos los Tropos en uno fundamental, el Tropo Πρóς τi o “en relación a algo”, según el cual todo enunciado y percepción está mediado en relación a algo, a saber, nuestra estructura psicofísica, además de nuestras circunstancias históricas, culturales y sociales. Por tanto, el escepticismo implica un Panrrelacionismo insuperable (Richard Rorty). Los escépticos como S.Empírico dicen que no podemos ir más allá de aquello a lo que estamos “en relación” (Πρóς τi) y que por tanto conocer las cosas u objetos en sí independientemente, es imposible. Inclusive, si no podemos conocer estas a través de los sentidos, mucho menos racionalmente. Aquí encajaría el Trilema de Münchausen. Dice S. Empírico:

Cita j: “si los sentidos no captan lo externo, tampoco la inteligencia puede captarlo» (Esbozos pirrónicos, I, XIV, 99).

  1. Galileo Galilei: 

En el Ensayador Galileo afirma rotundamente que el mundi está “escrito en caracteres matemáticos”, es decir, sustenta una visión realista y además que, solo existen realmente entes con propiedades matematizables. Por ello, dirá que la Matemática, no solo debe encargarse de conocer el mundo en sí mismo, sino que es la única ciencia a la que se deberían reducir las demás. Las Matemáticas son la Mathesis Universalis o Prote Philosophia.

Cita k: «La filosofía está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ante los ojos, quiero decir, el universo, pero no se puede entender, si antes no se aprende a entender la lengua, a conocer los caracteres en los que está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender ni una palabra; sin ellos es como girar en vano en un oscuro laberinto” (El ensayador). 

Sin las Matemáticas conocer el mundo sería pues, “girar en un oscuro laberinto”. ¿Y qué sucede con  la realidad de las propiedades sensibles no matematizables?: Para ello Galileo distingue entre Cualidades primarias y secundarias distinción que también apoyarán J. Locke y Descartes: 

  1. Las cualidades primarias: Son las propiedades comunes a más de un sentido. Las cuales existen en el mundo real en sí mismo y son matematizables. Son el tiempo, la forma, el espacio, el movimiento y el reposo. (Locke añade: la extensión y la solidez) y la figura.

Cita l: “Digo que en el momento en que imagino una materia o sustancia corpórea, me siento en la necesidad de imaginar, al mismo tiempo, que esta materia está delimitada, y que tiene esta o aquella forma, que en relación a otras es grande o pequeña, que está en este o en aquel lugar, en este o en aquel tiempo, que se mueve o está en reposo, que está o no en contacto con otro cuerpo, que es una, o pocas o muchas; ni con gran imaginación puedo separarla de estas condiciones”. (Pág. 294, al principio).

  1. Las cualidades secundarias: Son las propiedades que se captan por un solo sentido como el color, el sabor, el olor, etc… Estas no poseen existencia real y efectiva en el mundo, sino que residen en la mente del sujeto. Dice Galileo:

 Cita m:Pero que deba ser blanca o roja, amarga o dulce, sonora o muda, de olor agradable o desagradable, no me siento en la necesidad de forzar a mi mente para tener que representármela acomodada con tales condiciones; más bien, si los sentidos no las hubieran advertido, tal vez la razón o la imaginación por sí mismas no las hubieran logrado nunca”. (Pág. 294, al principio: El Ensayador).

 Por tanto, Galileo apoya un Realismo científico, donde solo las propiedades primarias captadas por los sentidos tienen existencia real en el mundo; y esto es así porque poseen constancia ontológica y epistemológica: “Todo objeto debe tener estas propiedades y permanecen inalterables ante el conocimiento”. 

Sin embargo, Galileo dice que las Cualidades Secundarias no poseen existencia real en las cosas, sino solo en la mente del individuo. Reduce de este modo las propiedades a las cualidades primarias, pues dice: “El cosquilleo de la pluma, no está en la pluma sino en el sujeto”. Es decir, las propiedades secundarias son todas mentales “eliminado el sujeto animal sintiente se eliminan estas sensaciones. las cuales dice, están causadas por las cualidades primarias de la materia. (Ej. El color se reduce al movimiento rápido de las partículas). Con lo cual, de este modo Galileo establece que todas las propiedades reales del mundo son matematizables sustentando su Tesis inicial.

  1. John Locke: 

En primer lugar, Locke define idea:

Cita n: Def. Idea: “Todo lo que la mente percibe en sí misma, o todo lo que es el objeto inmediato de percepción, de pensamiento o de entendimiento, es a lo que yo llamo idea» (II, viii, 8).

Por tanto, Locke dice que las ideas son aquello que percibe la mente en ese momento (inmediatamente). Las cuales pueden ser, (a) Simples o (b) Complejas. A tenor del objeto de este ensayo, me centraré en el análisis de las ideas simples de sensación (dejando a un lado las ideas complejas y las de reflexión). 

  • Las ideas simples de sensación: Son aquellas ideas que no permiten ulterior análisis y que se imprimen en la mente del sujeto, lo quiera o no. Es decir, establece una relación de causalidad realista, donde las ideas (aunque no todas, y no es seguro cuales de ellas) pueden ser representaciones de los objetos del mundo externo. De este modo, afirma cierta relación de causalidad posible, aunque no necesaria. Sin embargo, esta causalidad es ontológica, esto quiere decir que, las ideas tienen un carácter representacional fidedigno de las cosas del mundo real (pues son inmediatas):

Cita o: “A este respecto, el entendimiento es meramente pasivo y no está a su alcance el poseer o no esos rudimentos, o, como quien dice, esos materiales de conocimiento. Porque, se quiera o no, en la mayoría de los casos los objetos de nuestros sentidos imponen a nuestra mente las ideas que le son particulares; y las operaciones de nuestra mente no permiten que estemos sin ninguna noción sobre ellas, por muy oscuras que sean. Estas «ideas simples», cuando se ofrecen a la mente, el entendimiento es tan incapaz de rechazarlas o de alterarlas una vez impresas, o de borrar y fabricar una nueva por sí mismo, como lo es un espejo de rechazar, cambiar, o extinguir las imágenes o ideas que producen en él los objetos que se le ponen delante. Puesto que los cuerpos que nos rodean afectan de maneras diferentes a nuestros órganos, la mente está obligada a recibir esas impresiones, no puede evitar la percepción de las ideas que conllevan» (Ensayo, II, i, 25).

Por tanto, John Locke establece que los objetos obligan a la mente y se imponen, de manera que la mente como puramente pasiva representa los objetos reales tal cual son, mediante representaciones mentales. Es decir, Locke vuele a un tipo de Realismo injustificado o ingenuo, donde la mente es como un “espejo” que es incapaz de rechazar o alterar las ideas simples sensibles que proceden del mundo en sí mismo. 

De esta manera, las ideas de la sensación son equivalentes como representaciones a la materia inmanente. Son como signos o iconos que representan estas cosas de manera fidedigna. Se asemejan a ellas. 

Locke también, no obstante, distinguirá entre fenómeno (φαινόμενoν) y lo que no se manifiesta (noúmenon). Pero, las ideas o sensaciones como fenómenos sí representan icónicamente el  mundo (aunque no siempre, como sucede en los sueños). Las ideas son signos fidedignos de las cosas del mundo, por ello dice Locke, que la Teoría del Conocimiento es Semiótica (Lógica). 

Finalmente, como es un Empirista solo acepta la existencia de individuos. No acepta ideas Universales, las cuales para Locke son ficticias y no reales. Dice:

Cita p: “Porque las ideas abstractas no resultan tan obvias ni asequibles para los niños, o para las mentes no adiestradas, como las ideas particulares. Y si lo son para los hombres maduros, es tan sólo por el uso constante y familiar que hacen de ellas. Pues si reflexionamos con detenimiento sobre esto, encontraremos que las ideas generales son ficciones y ejercicios de la mente que conllevan una cierta dificultad y no se ofrecen tan fácilmente como tendemos a imaginar. Por ejemplo, ¿no se requiere esfuerzo y habilidad para formar la idea general de un triángulo (que no es de las más abstractas, comprehensivas o difíciles), desde el momento en que no debe ser ni oblicuo, ni rectángulo, ni equilátero, ni isósceles, ni escaleno, sino todo eso y a la vez nada de eso en concreto? Realmente es algo imperfecto, que no puede existir; una idea en la que se reúnen algunas partes de diversas diferentes e inconsistentes. Verdad que la mente, en este estado imperfecto, tiene necesidad de tales ideas e intenta, en cuanto puede, alcanzarlas en aras de la comunicación y del desarrollo de sus conocimientos, dos cosas a las que se siente muy inclinada de manera natural.» (Ensayo, IV, vii, 9).

Y también, como es un empirista, sostiene que la mente no aporta conocimiento alguno a los fenómenos, es decir, el sujeto no añade nada al conocimiento. 

  1. Immanuel Kant: 

Immanuel Kant es también un Realista (ontológico), sin embargo, conjuga su realismo con el Idealismo trascendental (epistemológico). En primero lugar, para explicar si podemos o no conocer el mundo en sí, según Kant es necesario explicar las formas a priori de la sensibilidad.

Cita q: «si de las intuiciones empíricas de los cuerpos y de sus cambios (movimiento) se quita todo lo empírico, es decir, lo que pertenece a la sensación, entonces restan aún el espacio y el tiempo, los cuales son, por consiguiente, intuiciones puras que están a priori en el fundamento de aquéllas y que por eso nunca pueden ser suprimidas ellas mismas» (Prolegómenos, §10). 

Las formas a priori de la sensibilidad, son las intuiciones puras del: (a) espacio:

Cita r: ”El espacio del pensamiento hace posible el espacio físico, esto es, la extensión misma de la materia» (Prolegómenos, Observación I)

y (b) el tiempo. Estas son intuiciones o formas puras que pertenecen al sujeto, anteriores a toda sensación. Es decir, sin intuiciones puras (sin experiencia, y Universales) propias del sujeto, no del mundo externo. Con lo cual, el espacio y el tiempo para Kant dejan de ser cualidades primarias de los objetos pasando a ser formas o intuiciones propias que aporta el sujeto. Estas formas a priori de la sensibilidad constituyen la forma en que nuestros fenómenos (como “aquello que se nos aparece”). Es decir, el espacio y el tiempo nos permiten conocer cómo se van a presentar los fenómenos a priori. (De ahí que haya posibilidad de ciencias matemáticas).

La materia de los fenómenos (lo dado) es aquello que captan nuestros sentidos [en la intuición sensible] de los objetos del mundo en sí mismo. Sin embargo, estos fenómenos están también compuestos en su forma de “lo puesto” por el sujeto [que son las formas a priori de la sensibilidad], además de “lo dado” (las sensaciones captadas por los sentidos) que constituyen la materia.Y en conclusión, no se pueden conocer las cosas más allá del espacio y el tiempo, ya que todos nuestros fenómenos son espacio-temporales en su composición formal. 

Kant, de este modo, sostiene un Realismo parecido al de Sexto Empírico, que se podría resumir en que: 

  1. Hay una distinción radical y tajante entre φαινόμενoν y Noúmeno (ὑποκείμενον). 
  2. Y que el ὑποκείμενον o la cosa en sí misma (Ding an sich) es incognoscible y no se puede hablar de ella.
  1. ¿Por qué dice Kant que no podemos conocer el mundo en sí mismo, ὑποκείμενον  (o el Ding an sich)?:

Kant sostiene un Realismo crítico, según el cual, las cosas en sí mismas (noúmenon) son dadas a nuestros sentidos, pero indirectamente en forma de φαινόμενoν. Y como he señalado antes, todo fenómeno es una representación del sujeto que formalmente es espacio-temporal, con lo cual, no podemos conocer como es la cosa en sí misma o el mundo en sí mismo (en su totalidad) sin relación al espacio y el tiempo, sino solo las representaciones que se hacen los sujetos de ellos al entrar las cosas del mundo en sí contacto con nosotros. (Relación de causalidad). 

Aunque solo podemos conocer los fenómenos (que son representaciones del sujeto), Kant defiende tenazmente que esta filosofía no constituye un Idealismo:

 Cita s: «Las cosas, dice, nos son dadas como objetos de nuestros sentidos, objetos situados fuera de nosotros; pero de lo que puedan ser en sí mismas nada sabemos, sino que conocemos solamente sus fenómenos, esto es, las representaciones que producen en nosotros al afectar nuestros sentidos (por eso la sensibilidad es pasiva). En consecuencia admito, ciertamente, que hay cuerpos fuera de nosotros, esto es, cosas que conocemos mediante las representaciones que nos produce su influjo sobre nuestra sensibilidad, aunque nos son completamente desconocidas en lo que respecta a cómo sean en sí mismas; cosas a las que damos el nombre de cuerpo (=cosa en sí), palabra que entonces significa solamente el fenómeno de aquel objeto desconocido para nosotros, pero no por ello menos real. ¿Se puede llamar idealismo a esto? Es precisamente lo contrario”. (Prolegómenos, Observación II). 

Sino muy al contrario, Kant es un Realista, pues estos fenómenos son causados y están conformados (aunque no podemos demostrarlo ni conocerlo) de sensaciones de las cosas en sí mismas (esto es lo dado). Con lo cual, Kant es un realista ontológico, pues admite que hay cuerpos fuera de nosotros que causan nuestros fenómenos, no que los fenómenos sean simples estados mentales creados por el propio sujeto. (No es un Idealismo ontológico). Ahora bien, según Kant, no podemos probar que haya una relación causal de nuestros fenómenos contactando con el mundo en sí, ni conocer el mundo en sí mismo, sino que solo podemos conocer los fenómenos como representaciones dadas al sujeto (Idealismo Trascendental).

Cita t: “Así como no se puede llamar idealista a quien considera que los colores no son propiedades inherentes a los objetos mismos, sino modificaciones inherentes al sentido de la vista, así tampoco se puede llamar idealista [ontológica] mi doctrina sólo porque yo encuentro que aún más propiedades, y en verdad, que todas las propiedades en las que consiste la intuición de un cuerpo, pertenecen meramente a su fenómeno: pues con esto no se suprime, como en el verdadero idealismo, la existencia de la cosa que aparece, sino que solamente se señala que no podemos, mediante los sentidos, conocer esta cosa tal como es en sí misma.” (Prolegómenos, Observación II). 

Esto es así porque las formas a priori de la sensibilidad pertenecientes al sujeto son irrebasables, y por ende, el mundo en sí (ὑποκείμενον) es incognoscible. Dice Kant

Cita u: «el conocimiento sensible no representa nunca las cosas tales como son, sino sólo el modo como afectan a nuestros sentidos» (Observación III de los Prolegómenos).

De esta manera, Kant parece conjugar su presupuesto realista: “la existencia del mundo en sí” con un idealismo transcendental: “lo único que podemos conocer son nuestros fenómenos”. 

  1. Cualidades Primarias y Secundarias en Kant: 

Hemos visto que Descartes, Locke y Galileo sostienen que hay ciertas propiedades, que son dadas a nuestros sentidos, las cuales no constituyen parte de las cosas: estas serían las cualidades secundarias, que pertenecen solo a los fenómenos del sujeto. Sin embargo, Kant rechaza también que las cualidades primarias sean reales en el mundo en sí mismo (en oposición a Locke, Galileo y Descartes) y sostiene más bien que estas propiedades son parte de los fenómenos. Como el espacio y el tiempo, que se ha visto que conforman la forma de los fenómenos como intuiciones a priori de la sensibilidad. Con este último paso Kant desemboca en un Escepticismo clásico parecido al de Sexto Empírico. Donde defiende que su postura permanece siendo Realista pues supone la existencia del mundo en sí mismo.

Cita v: «Así, puesto que yo dejo su realidad a las cosas que nos representamos por medio de los sentidos (realismo empírico) y sólo limito nuestra intuición sensible de estas cosas, de tal modo que en ningún caso, ni siquiera en las intuiciones puras de espacio y tiempo, representan algo más que el mero fenómeno de aquellas cosas, nunca la naturaleza de ellas en sí mismas, no es esto ninguna apariencia ilusoria universal que yo atribuyo caprichosamente a la naturaleza (idealismo transcendental)» (Prolegómenos, Observación III).

Conclusión: 

De este modo, se desarrolla el Realismo de algunos de los más importantes autores de la historia filosofía occidental, donde se puede ver claramente que todos comportan una relación de causalidad entre la sensibilidad y el mundo en sí mismo, pero (a excepción de Locke) el pensamiento de estos autores constituye una Crítica a la semejanza que hay entre la sensibilidad o lo dado a los sentidos con respecto a cómo es el mundo exterior en sí mismo. 

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