Recencion: La Consolacion de la Filosofia, Boecio

Contexto

El contexto histórico de esta obra es bastante interesante. En mi opinión, es importante conocer el contexto en el que vivió Boecio por que nos lleva a comprender la situación en que se encuentra, y lo que le lleva a redactar su obra.

Boecio vivió entre los años 480 y 524, en el reino ostrogodo de Italia. Históricamente, nosotros vemos esta época como la caída del Imperio Romano de occidente y una transición hacia la edad media. Sin embargo, esto no estaba tan claro para los habitantes de este periodo. Los antiguos habitantes del imperio seguían viviendo acorde a las instituciones romanas; para muchos, roma seguía viva.

Boecio se encuentra entre estos últimos romanos, que ven lo que ellos mantenían sagrado derrumbarse frente a sus ojos. Boecio fue una figura política, llego a ser Cónsul, que creía férreamente en las instituciones romanas. Este idealismo fue el que llevo a su encarcelamiento y muerte.

Boecio se vio enredado entre los distintos proyectos de restauración del Imperio Romano de Occidente. Uno encabezado por el Emperador Bizantino, Justiniano; y otro por el Rey Ostrogodo de Italia, Teodorico. Cuando Boecio acudió a la defensa de un senador cercano a los Bizantinos, sus oponentes políticos utilizaron esta oportunidad para acusarle de traidor y consorcio con los Bizantinos. El paranoico Teodorico, lo encarcelo por un año después de ejecutarle.

Fue durante este encarcelamiento que Boecio, completamente desesperado, escribió su obra: La Consolación de la Filosofía.

Obra

Como ya mencioné, Boecio escribe esta obra mientras está preso en un calabozo de Parma, esperando su ejecución. Boecio tiene miedo, se siente traicionado, desgraciado. Está convencido de que la fortuna le ha abandonado.

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La obra trata de como el hombre puede encontrar la verdadera felicidad, y como esta búsqueda de la felicidad se compagina con la Providencia. Trata de contestar las preguntas milenarias: ¿Cómo puede haber voluntad humana si hay Providencia? Y ¿Cómo se puede buscar la felicidad sin voluntad humana?

Para contestar estas preguntas, el libro se divide en dos partes. La primera toca en la fortuna y lo que es la verdadera felicidad. Esta está compuesta por los primeros tres capítulos. Mientras tanto, en los últimos dos capítulos, Boecio explica que es la providencia y como se relaciona con la felicidad.

La obra abre con Boecio desesperado por su encarcelamiento, y siendo confrontado por las musas de la poesía. Acto seguido, se le encarna la Filosofía, a la que estas cuentas sus penas. Es en este primer capítulo cuando se exponen la errónea concepción de Boecio que lo lleva a la desesperación, y que la filosofía corregirá para consolarle.

Boecio cuenta como él lo tenía todo lo que podía pedir, pero que la fortuna le ha abandonado y ahora se encuentra desterrado. Cuenta como sus oponentes han utilizado su nobleza contra el para apresarle. Lo ha perdido todo.

A esto contesta la Filosofía que está equivocado, que lo que ocasiona su desesperación es que ha basado su felicidad en los bienes que proporciona la Fortuna; ya que estos bines pueden desparecer en cualquier momento.

Es así como Boecio nos liga con el segundo capítulo, donde nos explica la fortuna y cuáles son los bines que provienen de esta. Razona con Boecio por que no se puede ser desgraciado cuando desaparecen los bienes de la Fortuna.

Según la Filosofía, al aceptar estos bienes, te apuntas al juego de la Fortuna. Por lo tanto, no hay derecho a quejarse cuando la fortuna retira estos bines, ya que este juego tiene reglas. Boecio se ha dejado seducir por estos bienes efímeros, en vez de buscar la felicidad donde en realidad esta; dentro de uno mismo. Todos los otros bienes solo tienen el valor que le ponemos nosotros. Ejemplos de estos bienes son la riqueza y la fortuna.

En el tercer libro, Boecio habla de la felicidad como el bien supremo. Este es Dios, y todo hombre tiende a él por naturaleza. Sin embargo, el hombre se ve engañado por los placeré efímeros. Es decir, busca la felicidad en los bienes materiales. El hombre, por una falsa se deja guiar por las falsas opiniones.

Boecio incluso hace el punto de que los hombres con estos bienes materiales son más infelices que felices. Pone el ejemplo de alguien con poder y con mucha riqueza. Desde el exterior se podría pensar que viven una vida sin preocupaciones, pero no es así. El que solo tiene riqueza y honores siempre estará miedoso por perderlos, no tendrá la felicidad de verdad

En su cuarto libro, Boecio nos explica las diferencias entre destino y providencia. Argumenta que la Providencia es el orden que está dentro de todos los seres y que dispone de ellos. En cambio, el destino se encarga de todos los acontecimientos que son temporales. Estos ocurren por mandato de la Providencia. Es decir, el destino solamente se refiere a las realidades de este mundo, descartando lo trascendente.

En su último capítulo, Boecio aborda el tema de la voluntad humana y la providencia. El problema que surge es: ¿Cómo puede ser el hombre libre, como puede tener voluntad, Si Dios, por la Providencia, ya sabe lo que va a ocurrir? Esto nos lleva al problema de que un hombre que no es libre no puede obtener la voluntad.

Esto lo resuelve Boecio diciendo que el hombre tiene un libre albedrio, puede decidir entre Dios o el mal. Sin embargo, esto nos plantea otra cuestión que Boecio reconoce. ¿Cómo puede estar Dios feliz de todas las decisiones que hacemos si ya las conoce todas? ¿Cómo puede sentir emoción?

La respuesta a la que llega Boecio es que Dios ve todas las posibilidades como nosotros veríamos una carrera de carretas. Tanto el como nosotros puede prevenir el resultado, y emocionarse cuando su jinete gana.

La obra termina con Boecio saliendo de su desesperación. El acepta que lo que ha perdido no es lo que le proporcionaba la felicidad, sino que estaba dentro de él. La filosofía le logra consolar. Sin embargo, nunca saldrá vivo de prisión, ya que será ejecutado pasado un tiempo.

Conclusión

Personalmente, a mí me gusta mucho la reflexión que hace Boecio. La parte en que habla de la felicidad se me hace muy moderna, por faltarme palabras. No me refiero al acercamiento a Dios, sino a la idea de que la verdadera felicidad descansa en el interior de cada uno. Esta concepción de que la verdadera felicidad descansa en algo que nadie nos puede quitar se vuelve cada vez más relevante en un mundo tan materialista como el nuestro. No trato de decir que vivimos de forma errónea, solo que es una idea de la felicidad con la que muchos individuos de la actualidad se verían identificados.

Esta obra también resonó con la audiencia de la época. Fue uno de los libros más leídos en la edad media, tanto que se le llamo a Boecio “el último de los romanos”. Esto se debió mucho a que su mensaje de descartar los bines materiales estaba muy en línea con el pensamiento medieval. Este libro era tan conocido, que fue citado por Dante y traducido por Elizabeth II de Inglaterra.

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