Bipolarización en grupo y Democracia Líquida – Respuesta a «Política Mundial tras su fecha de caducidad»

[Comentario al texto «Política de la disrupción de Mark Leonard]

Mark Leonard usa como base y motivación de este texto el Brexit, la salida del Reino Unido y la elección de Donald Trump, como presidente de los Estados Unidos. El autor del texto solo menciona a estos, pero yo podría también, destacar la visibilidad de otros casos Marine Le Pen, en el Frente Nacional de Francia, o la Alternativa para Alemania o incluso Geert Wilders, en Holanda o el grupo Amanecer Dorado, en Grecia. ¿Por qué reunimos a todos eses, bajo el mismo predicado? Porque son prueba pura de que el populismo contraataca. Con sus palabras preciosas, porque hay que admitir que “Make America Great Again” suena muy bien, excepto que sepas que significa realmente, son políticos “anti políticos”, que se ve claramente en el caso de Trump, prometen sobre todo ser distintos a lo que tenemos ahora, mejor o peor, ya se verá. Son fruto de una generación frustrada, que no consiguió alcanzar el American Dream, como sí lo lograron los de la década de los 50. Y si no consiguieron lo que se merecían, la culpa no es suya, los británicos culpan a los inmigrantes europeos, los franceses culpan a los inmigrantes africanos, los americanos culpan a los inmigrantes mexicanos y si se me permite una comparación que no consigo evitar es que de la misma forma culpan los catalanes a los españoles y los alemanes culpaban a los judíos y al tratado de Versalles.

El otro grupo, los accionarios, son jóvenes entre 18 y 30 años, los “milleniales”, con una manifiesta idea de progreso, tienen mucho tiempo por delante y confianza en la política, tienen fe. Se puede ver que tienen energías para un proceso necesario hasta un sistema justo, incluyente y próspero económicamente o que no tienen perspectiva para ver que eso no va a darse. También tienen más perspectiva histórica, saben que “the Wall” no va a salir bien y si saliera no quedaría bien en los libros de texto, tienen conciencia de lo que es la historia y la solidaridad con los distintos países acoplada en sus códigos morales y no podría ser de otra forma. En horas, puedes ir a otro continente, en minutos a otro país y en segundos la información se esparce por el globo. Nuestras circunstancias no nos dejan ser de otra forma que no universales.

Pero esta división entre “la Gente Web” y “la Gente Muro”, me recuerda demasiado a muchas cosas: ¿“Progresistas” y “conservadores”, a “izquierda” y “derecha”, o era a “aliados” y “eje”, o serían “comunistas” y “capitalistas”? A lo mejor es ir demasiado lejos, pero prueba un punto. De acuerdo que la historia se repita pero podría ser menos descarada. ¿Por qué la historia se repite? Porque la especie es la misma, porque el hombre se repite. Porque hay una tendencia humana a comunicarse con los que comparten nuestra opinión, formando un círculo cerrado de opinión, las opiniones ligeramente distintas se homogenizan, son muchas pequeñas trasgresiones por estar de acuerdo en un núcleo principal valorativo, por ejemplo, es mucho más fácil aceptar una propuesta del PP, por ejemplo, si ya eres votante del mismo y si tu círculo de amigos te convence de que la misma es buena y además el periódico que compras todos los días te lo confirma, te acabas desdoblando en algo pequeño por pertenecer a ese grupo y comunicarte con el mismo. Entonces la tendencia del círculo de opinión es acoger a los de opinión semejante y rechazar a los que consideran de opinión opuesta, por eso se forman grupos políticos como “derecha” e “izquierda”, súper heterogéneos, porque al colectivo le conviene ser más fuerte y al individuo le conviene pertenecer a un grupo más fuerte, este proceso se conoce como “bipolarización en grupo”, porque la tendencia es a que sean siempre dos polos opuestos, en una cuestión que debería ser central, pero nadie sabe realmente cual sería, como consecuencia también se da la desaparición de los neutros, que frente a debates encarnizados, no creen conveniente presentar una postura que podría conciliar ambas posturas. Hay un tercer proceso dentro de esos círculos de opinión: La Radicalización en grupo. Como comenta en el excelente artículo “Opinions and Social Pressure” Solomon Asch, dentro de ese círculo las opiniones tienden a radicalizarse de forma autónoma, porque expresando opiniones que corroboran la motivación del grupo y la llevan aún más lejos, el individuo se muestra como legítimo perteneciente a ese grupo, un estudio reveló que los miembros de un jurado dan penas más rígidas en conjunto, que los mismos miembros serían capaces de dar por separado.

Como pleno defensor de la democracia y como aún conservo fe en la voluntad popular y el sistema como garante del cumplimiento de esa voluntad creo que la democracia líquida es una perfecta solución para disminuir esa bipolarización en grupo y aliviar la presión social, o más bien sus consecuencias. La pregunta dejaría de ser “de qué partido eres”, como si fuera un grupo sanguíneo o un equipo de fútbol. Las preguntas rondarían sobre cuestiones realmente políticas, como el control estatal sobre la economía, el gasto de dinero público en las distintas áreas, la política extranjera. Cabrían una mayor diversidad de opiniones, capacidad de razonar y convencer, creando ciudadanos más políticamente activos, no solo una vez cada cuatro años. No sé si soy un ingenuo, engañado por una falsa idea de progreso creado por una docena de avances científicos y tecnológicos. Pero estoy seguro de que el proyecto de la democracia líquida sería una excelente forma de usar la tecnología para hacer un sistema más participo, directo, menos partidarista, menos bipolarizado, tergiversado y manipulado. Crear un sistema que fuera más verdaderamente democrático.

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