Política mundial tras su fecha de caducidad

(Comentario a: “la política de la disrupción” de Mark Leonard)

Es evidente que estamos, como recalca Mark Leonard; en una crisis política mundial, donde tanto progresistas (Gente Web) como conservadores (Gente Muro) están de acuerdo en cambiar el modelo de sistema representativo vigente. Cabe decir, que en el momento en el que un conservador muestra su apoyo a un cambio político dejando de querer “conservar” la tradición en la despensa, es porque el sistema de representación ha “caducado”…. además de “oler a podrido” el poder que debe representaros, reacio a un cambio que el pueblo pide con urgencia. Se debe ya cambiar cuanto antes el modelo de democracia representativa por una más adaptada a los tiempos que corren.

La Democracia sin lugar a dudas es la mejor forma política que un país pueda tener, eso si está bien organizado; pues deja pie a la igualdad y la libertad de toda su ciudadanía. Sin embargo, su sistema electoral se encarga de que el gobierno sea el que “merecemos” (en las buenas y en las malas) pues lo hemos votado y debemos aguantar el fallo de elegir a personas incompetentes o con mediana competencia durante unos cuantos años. La democracia esta claro, por tanto; que si se debe conservar. Pero ha llegado el momento de dar un paso hacia delante y dejar atrás el modelo de representación que la acompaña, sobretodo cuando el populismo toma fuerza en Europa: claro ejemplo el Brexit y Trump (educado a base de ver Fox News en la televisión) gana en EE.UU demagógicamente apelando a los sentimientos de los desesperados. Cabe señalar también que en este sistema representativo las minorías apenas se ven representadas, habiendo como J.S Mill decía una: “Tiranía de la Mayorías”.

Y como apunta Mark en su articulo: “Estamos lidiando con un mundo del siglo XXI pero nuestro sistema político no ha evolucionado desde el siglo XVIII y XIX”. Por eso se deben cambiar estos modelos representativos, que consisten en las ideologías cerradas de partidos polarizados; lo cual es absurdo pues las ideas cambian de persona a persona y esto causa descontento con los partidos políticos. Además este partidismo, caducado al gobernar posiciona ministros en muchas ocasiones inexpertos en la materia que se les encarga, y a veces incompetentes; cuando pueden participar verdaderos especialistas. Se debe acabar con el partidismo de lista cerrada. Tras meter el voto en la urna nos convertimos en meros espectadores de la cambio político de nuestra sociedad.

El problema aquí planteado es entonces: ¿Qué modelo de representación democrática renovado adoptar?. Si intentamos contestar a esta pregunta imaginando un modelo posible nos daremos cuenta de la urgencia de un cambio.

Para empezar con un modelo posible que no sea la democracia directa pues tiene sus inconvenientes al ser casi imposible representación completa del pueblo, sin embargo; hoy con las facilidades que nos aportan los medios de comunicación podemos acercarnos muchísimo más a la idea de “Voluntad general” que Rousseau planteaba como ideal:

…esta Voluntad general no se representa: es una o es otra. Los diputados del pueblo, pues, no son ni pueden ser sus representantes, son únicamente sus comisarios y no pueden resolver nada definitivamente. Toda ley que el pueblo en persona no ratifica, es nula. – J.J.Rousseau

Y aunque sea en la práctica imposible sustentar una democracia directa en un país con millones de ciudadanos, no obstante; hoy en día no es una idea tan descabellada como lo habría sido cuando Rousseau vivía y seguro que habría mencionado las herramientas técnicas de comunicación actuales si estuviera vivo, para acercarse creando un sistema político a está idea de “Voluntad general”, donde todos son participes de la política : ¿Pues no es esa la verdadera Democracia?

Por eso abogo, no por una democracia directa pura por su imposibilidad, pero si por una Democracia representativa “especializada”, acabando con el partidismo; sin perder la verdadera esencia de la democracia directa o participativa. Aunque pueda haber inconvenientes que nos hacen ver la dificultad de este proyecto: por la gran cantidad de personas en un Estado, la difícil organización de votaciones y propuestas ciudadanas en la red, además del peligro de ciberataques; eso no quiere decir que poco a poco vayamos adaptando y mejorando este posible sistema representativo; que no sería un experimento novedoso sino más bien una “adaptación” de las redes sociales a la política.

Pero aunque esta propuesta sea un tanto idealista para un “conservador” y plantee muchos problemas; imaginemos por un momento como sería adaptar (a modo de juego mental) la política a la realidad actual, de forma distinta a la que propone el Partido Digital.

Podemos decir que han habido cientos por no decir miles de innovaciones revolucionarias durante estas últimas décadas como: como el móvil, la televisión e internet que nos aportan noticias “instantáneas” y son causa de la globalización; estas creaciones permitirían votar las ideas o propuestas políticas por si solas por cada ciudadano en vez de encerradas en ideologías partidistas. Como consecuencia habría más eficiencia política y más opiniones: ¿Quién elaboraría las propuestas sin partidos? Los verdaderos expertos de la ciudadanía en materias importantes para el gobierno: Estos podrían participar y debatir en conjunto para crear propuestas futuras voluntariamente; que después podrían ser votadas por la ciudadanía entera. Eliminando así a los ministros inexpertos o inútiles. Mediante la democracia representativa especializada se seguiría un modelo representativo cíclico, donde los propia ciudadania experta o interesada en temas precisos debatiría libre y voluntariamente sobre problemas de gobierno y Estado en foros públicos. Este modelo es muy fácil en una sociedad como la actual, si se medita un momento; pues prácticamente uno de cada tres españoles está educado con grados superiores, un 27,6% de la población y puede contribuir, por eso de alguna forma al gobierno. Estos datos son más que el número de alfabetizados hace cien años, época a la que pertenecen nuestros modelos políticos.

Después estas propuestas creadas por especialistas, serían votadas por todo el pueblo según la “Voluntad general” o gran parte de ella, y gracias a las facilidades que ofrece internet disminuiría la demagogia, retórica, así como el típico apelar a sentimientos de desesperación o consuelo para obtener votos; aumentado así la racionalidad del discurso leído. Todo esto aun siendo una mera hipótesis gracias a internet y a la alfabetización es muy posible: cosa inexistente y por eso impensable hace 100 años desde que el modelo representativo estaba estancado sin evolucionar. Además las propuestas políticas serían más modernas y ajustadas a la preferencia e intereses públicos, pues los propios ciudadanos y expertos dentro de la población intentarían cambiar el panorama Estatal. Uno de los posibles fallos, es la dificultad de llevar a toda una Nación voluntariamente a participar en la red (sin salario), añadiendo que no todos puedan conectarse o tengan acceso a internet. Sin embargo, Wikipedia es un claro ejemplo de como la buena voluntad de las personas sin apenas salario puede construir una plataforma pública mundial poco a poco; siendo además la mayor enciclopedia jamás vista.

Tras este modelo imaginario propuesto, aunque posiblemente ineficaz en muchos puntos; pero no por ello corregibles: como el que plantea también el del Partido Digital (con su «democracia fluida» con posibles votos delegados a los representantes), solo sirven como varios posibles ejemplos de modelos entre una gran multitud (algunos ya pensados como  ocurre en Suiza que se acerca a este sistema electrónico directo), para mostrar de cierta manera como se pueden hacer cambios sustanciales en el modelo de representación tomando pie en la actualidad. Aunque caben muchas críticas para la aplicación de internet a la política, no nos debemos centrar solo en eso; sino también en actualizarla a la sociedad de ahora. No estoy hablando ya de un progreso, ni de una mejora realmente: sino de una adaptación necesaria de la política a la actualidad. (Aunque esto sin duda alguna traerá muchas mejoras, en vez de caer en una decadencia). Hoy en día tenemos las herramientas para poder participar de forma activa en el gobierno, solo falta poder usarlas si la clase política nos “da permiso”, pues el único inconveniente es que los senadores y diputados estén dispuestos a votar a favor de ese cambio. ¿No debería ser al revés? ¿No somos nosotros los que debemos obligarles al cambio? Ese es nuestro deber si esto no cambia, pues:

La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.– Art.1 .2 de la Constitución.

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